Un interruptor táctil con sensor capacitivo puede penetrar a través de una carcasa de material aislante de más de 20 mm (vidrio, plástico, etc.), detectando con precisión el toque efectivo de un dedo. Esto garantiza que la sensibilidad, estabilidad y confiabilidad del producto no se vean afectadas por cambios en las condiciones ambientales o el uso prolongado. Además, tiene capacidades antiinterferentes resistentes al agua y potentes.
El interruptor táctil de detección capacitiva no requiere contacto directo con el metal por parte del cuerpo humano, lo que elimina por completo los riesgos de seguridad. Se puede utilizar incluso con guantes y no se ve afectado por los cambios en la resistencia humana debido al clima seco o húmedo, lo que lo hace más cómodo de usar. Al no disponer de piezas mecánicas, no se desgasta, tiene una vida útil infinita y reduce los costes de postmantenimiento. La parte sensora se puede colocar detrás de cualquier capa aislante (generalmente vidrio o materiales plásticos), lo que facilita la creación de un teclado sellado integrado con el entorno circundante.
Desarrollo y diseño a medida en base a los requerimientos del cliente (incluyendo diseño estructural, diseño electrónico, etc.).